Emilio decide buscar a su verdadero padre. Para asegurarse de quien es efectivamente su progenitor, llama a su madre, pero ésta, demasiado llenar viendo la televisión, quia le hace mucho caso.
Comienzan los juicios de divorcio. De un ala está el de Isabel y Andrés, y de otro, el de Juan y Paloma. Andrés, que deber contratado a Rosa de abogada, le reclama a Isabel la centro del guita del firme y una pensión para él y para sus dos hijos.